CASTELAO, EL ARTISTA

Una auto-retrato de 1912, el cual da la impresión de que el sujeto retratado dirige su mirada hacia quien observa la obra, aunque en realidad está posando su atención en su fuente de inspiración. Este enfoque es una técnica artística comúnmente empleada en el arte occidental, particularmente desde el período barroco, recordándonos al estilo de Velázquez en “Las Meninas”. Esta pieza ha sido seleccionada para inaugurar la narrativa de una exposición histórica en el Museo de Pontevedra, dedicada a uno de sus ilustres personajes.

El retrato muestra a un hombre joven con lentes, que tiene una expresión seria y algo inquisitiva. Lleva un abrigo o chaqueta verde y una camisa blanca visible en el cuello. Su cabello está peinado hacia atrás y se encuentra delante de un fondo que parece ser un paisaje al atardecer o al amanecer, con un cielo que gradúa de tonos naranjas a azules y una silueta oscura en la parte inferior derecha que podría ser un árbol o arbusto. Su mirada intensa y los grandes ojos abiertos crean una conexión emocional con quien contempla la imagen.

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